Dragon Ball 2nd Epoque [Fan-Fic]: Cap. 4. Piratas del Desierto

Autor: Hector4

CAPÍTULO 4: PIRATAS DEL DESIERTO

PARTE I

Durante diez minutos Dende y Gokuh Jr. sobrevolaron el mar hasta llegar a la orilla del gran continente. Por el camino tuvieron que esconderse bajo el mar una sola vez, ya que unos esbirros del Imperio rondaron desde lejos la zona aérea. Pero nuestros héroes no tardarían mucho en secar sus ropas, el calor del árido desierto así lo atestigua:

-Buff, ya era hora de llegar a la orilla...menos mal que al final no nos descubrieron, aunque tuvimos que remojarnos un poco. Jeje.-dice el joven Gokuh.

-Si, pequeño Gokuh, fue necesario.

-¡Ja! Podría haber tumbado a esos soldados en un abrir y cerrar de ojos...no parecían gran cosa.-exponía convencido el muchacho.

-No dudo de tu capacidad, pequeño, pero no debes mostrar tu poder porque...

-Ya, ya,-interrumpía.-porque "podrían descubrirnos". ¿No?

-Exactamente. Bien,-cambiaba de tema el viejo Dende.-Ahora debemos caminar hasta la Capital del Oeste.

-Otra vez a caminar...brrrrr...

Gokuh Jr. se sienta en el suelo aburrido de tanto viaje, apoyando sus brazos en la caliente arena de la playa. El anciano se echa las manos a la cabeza, en señal de desaliento ante la caprichosa actitud del joven, y dice mientras también se sienta en una pequeña duna:

-Bueno, jovencito...-suspira.-descansaremos otra vez si eso es lo que quieres...

-Con todos mis respetos, señor Kami Sama, pero ya empiezo a estar verdaderamente harto de este viaje. Lo único que hemos hecho ha sido andar durante días y acabar con las ropas y el equipaje chorreando. No veo en que puede eso ayudar a la Tierra.

-Todavía no lo entiendes, ¿verdad?...Bueno, aunque puedo imaginar tu respuesta perooo...¿Tú qué propones que hagamos, pequeño?

-Pues yo iría a enfrentarme cara a cara con esos bastardos que mataron a mi abuela…-declara Gokuh con un tono de rabia creciente en sus palabras.- Les derrotaría y los mandaría de vuelta al infierno del que vinieron.

-Jujuju...¡escúchame bien, pequeño!-de pronto, el tono del anciano se endurece.-Esas palabras son muy propias de un descendiente de saiyan y entiendo muy bien lo que sientes pero...¡Parece que no comprendes la situación!

Gokuh Jr. quedaba perplejo ante el severo tono de las palabras del sabio Kami Sama, que proseguía la conversación:

-Tú quizá no seas consciente pero, ¡¿sabes cuántos guerreros han muerto ya desde que el Imperio tomó el poder?! ¡Cientos! ¡Miles! Durante el primer año de tiranía muchos planetas fueron totalmente aniquilados, ¡¿entiendes?! Desde entonces ya no quedan héroes que se enfrenten al Gran Maligno y a sus tropas. Todo el mundo ha perdido ya toda esperanza de poder vivir en libertad, y ahora que lo último que nos queda yace tumbado en el suelo frente a mí, ¡¿me dices que quieres suicidarte, pequeño?!

-Pe...pero-titubeó Gokuh Jr.-podríamos derrotar por lo menos al ejército que hay en la Tierra y comenzar desde aquí una especie de resistencia. Ese Kaarat anda muy lejos de aquí, ¿no?

-Imposible, ¿cuánto crees que tardaría el Gran Maligno en enterarse y venir aquí? Él posee el poder de viajar entre dimensiones, en cuestión de segundos puede transportarse a cualquier lugar del universo y nosotros ahora no somos rivales para su tremendo poder. Él no pertenece a este mundo.

-Vaya...-queda sin palabras el joven saiyan.

-Además, en la Tierra hay varios esbirros muy poderosos. Tardaríamos meses en derrotar tan solo a uno de ellos. Está Bulkan, controlándolo todo desde la zona central de la Tierra y ese ser llamado Sgoil en las frías aguas del norte. Si se enteraran de nuestra existencia y se agruparan podrían acabar con nosotros fácilmente.

-Entonces, ¿qué debemos hacer?-pregunta desanimado el joven.

-Pues nuestra única salida es escondernos hasta llegar a la Capital del Oeste. Allí quizás podamos encontrar algo de ayuda...

-¿A la Capital del Oeste? ¿Y que hay en la Capital del Oeste?-pregunta Gokuh Jr.

-Ya lo verás, pequeño...primero hemos de llegar...

-Bueno, es igual. Si usted dice que debemos llegar allí será por algo.-decía mientras volvía a levantarse con ánimos renovados.-Después de todo usted es Kami Sama, jeje. Perdón por mi actitud...-se disculpaba el descendiente de Gokuh.

-No pasa nada, jovencito. Entiendo perfectamente tus sentimientos. Verás, la impotencia también corroe mi espíritu. Ver como los humanos son tratados con total despotismo, como han perdido toda esperanza, y como esos malditos maltratan el planeta me mata por dentro. Por eso hemos emprendido este viaje con tanto sigilo, para que en un futuro tanto este planeta e incluso el universo pueda albergar algún día algo de luz.

-Si, anciano. Ya lo comprendí. Es solo que debo estar algo agotado...pero emprendamos el rumbo de nuevo. Ya tengo ganas de llegar, jejeje.

Así, los dos viajeros volvieron a retomar el camino, dejando atrás la playa, surcando el áspero y asfixiante desierto, a través de dunas y rocas.

Tapados con unos mantos grises, que cubren su cabeza y su cuerpo, avanzan a través de la abrasadora arena. El insoportable calor empieza a crear una imagen borrosa de todo el árido panorama, con cada paso sus pies se hunden mas y mas, sintiendo sus cuerpos cada vez mas pesados. De repente:

-Pequeño, ¡espera! Oigo un ruido detrás de aquellas rocas.-advierte el anciano namek gracias a su finísimo oído.

-¿Cómo? Yo no oigo nada...

-Chssssht. Baja la voz y acerquémonos despacio.-susurra Kami Sama.

Gokuh Jr. y Dende asoman sus cabezas desde detrás del altiplano rocoso y pueden ver una camioneta aparcada, cargada de cajas de madera, bien atadas con cuerdas, llenas de un sinfín de objetos varios. Alrededor dos personas de sucios atuendos.

Gokuh Jr. se sentía extraño, se trataba de los primeros seres humanos que veía en años:

-Vaya, son personas...-dice levemente el joven.-¿Qué harán aquí?

-Debemos escondernos.-alertaba el anciano.-¡Son PIRATAS DEL DESIERTO!

De pronto una silueta aparecía, a contra luz del Sol, atacándoles de un salto, desde detrás de sus espaldas.

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