DRAGON BALL 2nd EPOQUE (Fan- Fic), CAPÍTULO 18 y 19

Ya que la semana pasada, por una cosa u otra, no actualicé el blog, en ésta ración doble del magnífico Fic de Hector4.

CAPÍTULO 18: UNA ESTÚPIDA CANCIÓN

Una aeronave revolotea en los alrededores de la parte derecha de la base Pepper, justo en el mismo lugar por donde ha comenzado a subir el grupo formado por Andira, Abok y Gokuh Jr. Los focos de luz del vehículo aéreo pasan muy pegados a ellos. Nuestro joven saiyan acomoda su pañuelo rojo al contorno de su boca y su nariz, tapando así casi todo su rostro, dejando únicamente sus ojos al descubierto. Andira hace una seña. Abok y Gokuh la siguen hacia una roca que sobresale en el relieve, escondiéndose tras ella.

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La aeronave del Imperio pasa su luz por encima de la roca, sin advertir la presencia de nuestros protagonistas, y seguidamente continúa su camino hacia otra parte de la base. Andira habla:

-Está todo plagado. Va a ser mas difícil de lo que creía...

-Si, parece que supieran de antemano que íbamos a venir.-comenta Abok.

-Ante todo no deben descubrirnos.-avisa la pirata del desierto.

-Pues aún nos quedan unos veinte metros para alcanzar la cima.-informa el pequeño Gokuh.

-Entonces cubrid bien vuestros rostros y continuemos.

Las palabras de Andira parecían haber provocado al viento, que ahora comienza a soplar con una fuerza desafiante, como queriendo aplacar la marcha de nuestros ladrones. Sus capas grises empiezan a bailar en el aire, sus ropas vibran y el polvo del desierto molesta en los ojos. La pirata da una última orden antes de seguir avanzando por la pendiente de roca:

-Vamos, debemos llegar arriba cuanto antes.

Los soplidos del viento nos llevan hasta la entrada de la base, hacia donde se dirige el grupo capitaneado por Pakku.

-Parece mentira.-dice Zurui.-Antes hacía un calor terrible y ahora esta ventolera.

-Venga, que ya estamos llegando.-dice Pakku.

Con paso firme, Pakku, sus hombres y Kostello se van acercando hacia las grandes puertas grises de la base. Unas puertas de unos cuarenta metros de alto por veinte de ancho, escoltadas por dos grandes torres de vigilancia, colocadas encima de la fortaleza de roca, cada una al lado de cada portón. También, en el suelo, a cada lado, les aguardan un par de soldados, armados con unas modernas metralletas.

-Ey,-dice Plumb susurrando.-¿y qué vamos a decir para que nos dejen entrar?

-Déjame eso a mi, pequeñajo.-dice el zorro.

-¿Cómo? ¿tú?-se queja el mas joven del grupo.-¡A tí te descubrirán enseguida! Si al menos hubieras guardado tu zurrón, como hemos hecho los demás.

-Tu tranquilo, no pasa nada.-tranquiliza Zurui.

-Pche...-interviene Kostello.-vaya atajo de mamarrachos.

-Bueno, callaos ya. Dejemos que Zurui lo intente.-finaliza Pakku, dándose cuenta de que tan solo les faltan unos pocos metros para llegar a la parte derecha del portón.

Nuestros piratas se detienen frente a los dos guardias de la parte derecha de la entrada. Uno de ellos, alto y robusto dice:

-¿De dónde venís vosotros?

Rápidamente Zurui contesta:

-Somos el grupo de reconocimiento. Venimos a dar noticias al jefe.

-¿Grupo de reconocimiento? No me consta nada de un grupo de reconocimiento.

-Bueno, eso es porque partimos esta tarde y quizás el viejo Jinma no quería que nadie mas estuviera al corriente.-continúa Zurui sin titubear lo mas mínimo.-Ya sabes como es el viejo con sus caprichos.

Los dos guardias les miran fijamente, analizándolos de arriba abajo, hasta que el mismo guardia vuelve a hablar:

-Hum.-su rostro parece serio pero de pronto se torna en una mueca totalmente opuesta.-Jajaja, si, tienes razón...jeje, todos los de la base comentamos lo mismo. El viejo se ha puesto hoy muy pesadito de la noche a la mañana.

-Si, ahora debemos entrar cuanto antes-insiste el zorro.-...el viejo nos espera.

-Siendo así pasad, pasad, que el viejo anda hoy muy estricto.-dice el guardia pulsando un botón del portón que activa el sistema de apertura.

-Venga, pues nada, ya nos vemos.

Las tremendas puertas comienzan a abrirse lentamente. Cuando ya están lo suficientemente separadas como para poder pasar, nuestros protagonistas comienzan a adentrarse en la base. Mentalmente ya comienzan a celebrar su primer logro, pero en ese momento el otro guardia los exalta con una palabra muy simple:

-¡Esperad!

Todos se giran y, raudo, Zurui pregunta:

-¿Qué ocurre?

-¿Qué es eso que llevas ahí?-dice el guardia señalando con su arma al zurrón de Zurui.

-Mierda, lo sabía.-susurra Plumb.

-¡Cállate!-dice nuestro zorro en voz baja, contestando seguidamente la pregunta del soldado.-Pues verás, esto es algo que hemos encontrado por ahí. Justo por eso hemos vuelto, para mostrárselo al jefe.

-Ah, era solo por curiosidad. Entonces entrad deprisa, las puertas no deben permanecer abiertas mucho tiempo.

Los cuatro acallan un suspiro de tranquilidad y entran, de una vez, dentro de Pepper. Al otro lado de las puertas paran en seco, y esperan a que se vuelvan a cerrar, es entonces cuando, con un tono muy leve, comentan:

-¡Buaaaah, lo hemos conseguido!-dice Plumb.

-Si, ha sido muy sencillo.-analiza Pakku.

-La verdad, no esperaba que fuera tan fácil. Fiuuuuu.-dice Zurui dando un silbido en síntoma de respiro.

-Bah, ha sido pura chiripa.-refunfuña como de costumbre Kostello.-Un poco mas y nos hubieran descubierto por culpa de esa maldita bolsa.

-Jeje...esta bolsa es indispensable,-informa Zurui con cierto tono burlesco.-querido Kostello.

-Ey, por cierto, ¿quién es ese tal "viejo Jinma"?-pregunta Pakku.

-Es verdad...¿Cómo sabías el nombre del jefe de esta base?-refuerza Plumb la pregunta de su jefe.

-¿Pero en que mundo vivís?-se sorprende el zorro ante la ignorancia de sus compañeros.-Todo el mundo sabe que el viejo Jinma es el que controla la base Pepper desde hace años.

-Ah, ¿si? Pues no lo sabia.-dice Pakku.-Entonces ese tipo es nuestro "enemigo".

-Pues si.-contesta.

-¿Y es fuerte?-pregunta el pequeño Plumb.

-Pues claro que es fuerte.-se entromete Kostello.-Según dicen es un viejo brujo muy experimentado con la magia y la hechicería. Sus métodos no son especialmente agradables, así que, ya sabéis, rezad para que no nos encuentren o no viviremos para contarlo.

-Venga, en marcha.-cambia de tema Pakku.

Los piratas miran al frente y echan un vistazo a la base. Un buen puñado de metros les separan del hangar principal, situado al fondo de la inmensa estación militar. A su derecha lo primero que se encuentran son dos hileras con tres largos establecimientos cada una, que no son otra cosa mas que las barracas de los soldados rasos y sus arsenales. Detrás de la primera hilera nace una inmensa torre de vigilancia, levantada a unos ochenta metros del suelo. Lo que mas llama la atención de nuestros amigos son unos rarísimos contenedores gruesos, tubulares, amarillos y brillantes, fluorescentes; de unos cuarenta metros de altura y bastante anchos, colocados uno en la esquina izquierda de la base y otro en la derecha.

-¿Qué son esas cosas?-pregunta Plumb.

-Pues no lo se.-dice el zorro.-Por su situación quizás sean una especie de generadores de energía. Pero es muy raro, porque no parecen generadores de electricidad...

De repente, desde detrás de las barracas se empieza a oír un sonido de voces, voces que suenan a coro. Nuestros amigos se alertan y se dirigen a uno de esos grandes tubos brillantes, al de la parte derecha, pegado a las barracas:

-¡Escondámonos detrás de esa cosa!-exclama Pakku conteniendo su tono de voz todo lo que puede dentro de su nerviosismo.-¡Deprisa!

Desde detrás del artefacto Zurui asoma su hocico, para ver como, de entre las barracas, empiezan a aparecer un grupo de soldados, encabezados por un tremendo hombretón de orejas puntiagudas y tórax descubierto, todos entonando una extraña cancioncilla.

-¿Qué pasa Zurui? ¿Qué ves?-pregunta en voz baja Plumb.

-Chsssst...calla.-murmura el zorro.-son los soldados...parece que están haciendo la ronda...

-A ver.-dice Pakku apartando a su astuto compañero, para poder asomarse y corroborar la información.

Pakku queda sorprendido ante la envergadura del que parece el capitán de los soldados.

-¿Quién es ese gigantón?-pregunta.

-Ese es Brute,-responde con total seguridad nuestro zorro-humanoide.-uno de los tres encargados de la defensa de Pepper.

-¡¿Cómo?! ¡Dejadme ver!-empuja Kostello a los demás para asomarse también.

Los soldados empiezan a doblar la esquina de una de las barracas, prosiguiendo su tarea.

-¡Mierda!-se queja Kostello.-¡Si que era él! ¡Ese tipo es fortísimo!

-Si, es verdad.-completa Zurui.

-¿Y ahora qué?

-Plumb...-dice Pakku con un tono imponente.-pues ahora les seguiremos.

-¡¿Qué?!-protesta Kostello.

-Podemos pasar inadvertidos con estos trajes.-reafirma Pakku.

-¡Tú estás loco!-contesta el burdo y mezquino pirata con un deje de desesperación.-Ese tipo es capaz de matar a tres dinosaurios de un puñetazo. Si nos descubre estamos perdidos.

-Pues no nos descubrirá.-Pakku se mantiene en su posición.

-Pues no es tan mala idea.-interviene Zurui apoyando a su cabecilla.-Ese Brute es muy fuerte, eso es cierto, pero también es un poco bobo. El único modo de pasar inadvertidos es mezclarnos con los demás soldados. brute ni siquiera se dará cuenta.

-¡Estáis todos locos! ¡Si queréis morir allá vosotros!-advierte Kostello.-¡Yo me quedo aquí!

-Pues vale.-dice Pakku y acto seguido se dirige a sus hombres.-¡Vamos!

-¡¿Cómo?!-los ojos de Kostello denotan un ligero terror.

Plumb y Zurui empiezan a seguir a Pakku, en dirección a las barracas, por el mismo lugar donde se perdieron los esbirros del Imperio.

-¡Pero serán incautos!.-maldice para sí mismo el pirata de Andira.-¡Esperadme desgraciados!

Brute y sus hombres siguen su camino, zigzagueando entre sus viviendas y canturreando:

-Si muy fuerte quieres ser.-encabeza Brute.

-Si muy fuerte quieres ser.-responden los soldados.

-Buenos manjares debes comer.-de nuevo Brute.

-Buenos manjares debes comer.

Mientras, nuestros protagonistas se acercan a la ristra de soldados en fila, y se colocan seguidamente de los últimos del todo. Y siguiéndoles de cerca, Kostello se une a ellos:

-Vaya, finalmente has venido.-dice Pakku.

-Pues claro, no puedo dejaros solos y que os descubran...

-Si, claro, claro...eso será. Jejeje.-se burla el jefe de grupo.

Tan solo dos soldados giran su cabeza y se percatan de la presencia de nuestros amigos:

-Vaya, llegáis tarde.-dice uno de ellos.

-Si,-contesta Zurui, avispado como él solo.-nos acaban de encomendar aquí.

-Bueno, pues,-contesta el otro soldado.-seguid el ritmo y no molestéis a los demás.

-Si, si...eso haremos.-responde el zorro.

-¿Qué te han dicho?-pregunta Plumb a su compañero.

-Que sigamos el ritmo.

-¿Y cómo hacemos eso?-vuelve a preguntar el pequeño pirata.

-Pues tratemos de andar al mismo paso que ellos.-dice Zurui.

Entonces otra estrofa de la canción se escucha a coro:

-Si en una pelea el polvo no quieres morder.

-Escuchad esa canción, debemos cantarla también.-propone Pakku.

-Si, es buena idea.-completa el zorro.

-¡¿Cómo?! ¡¿Cantar eso?!-de nuevo las quejas de Kostello.

-Pues si, debemos involucrarnos totalmente con estos soldados.-contesta Pakku.

-Pe...pero esa canción es estúpida...-opina Kostello.-Lo que estamos haciendo ya de por sí es una estupidez.

-¡Calla de una vez!-exclama en voz baja Plumb.-¡Solo sabes quejarte! A nosotros tampoco nos gusta, pero debemos hacerlo para pasar inadvertidos.

La voz de Brute vuelve a la carga y nuestros amigos la escuchan con atención:

-Entrenar mucho es lo que debes hacer.

Seguidamente la voz de los piratas se funde con la de los soldados, repitiendo la frase del comandante Brute. La voz de todos excepto la de Kostello, que cada vez se siente mas en desacuerdo e impotente frente a las decisiones del grupo de Pakku.

Mientras, el grupo formado por Andira, Abok y nuestro joven Gokuh Jr. continúa ascendiendo a través de las rocas de la gran fortaleza. El viento sigue desafiándoles, moviendo bruscamente sus ropas, como queriéndoles despojar de los mantos que recubren su cuerpo y sus cabezas, para mostrar sus rostros, su identidad.

Andira sigue sin dar muestra alguna de cansancio. A simple vista parece tan fresca como al principio del viaje, pero no así en su interior. Con cada paso que da se ve mas cerca de Pepper, mas cerca de sus recuerdos, los mismos recuerdos que la conmueven y perturban sus pensamientos. Pero Andira es fuerte, y sin mostrar ni un atisbo de flaqueza, continúa su camino:

-¡Vamos! Ya solo nos quedan unos metros.-dice echando la vista atrás, dirigiéndose a sus dos compañeros que la siguen de cerca.

-Si, Andira.-contesta Abok.-Ya queda menos, pero debemos vigilar bien que no nos descubran. Hace un momento casi nos da de lleno el foco de una de las torres de vigilancia.

De pronto una fuerte ráfaga de viento los hace parar unos segundos. Gokuh casi pierde su pañuelo rojo, pero rápidamente vuelve a situarlo cubriendo su nariz y su boca. Sin tiempo para reaccionar, dos vehículos aéreos se les acercan desde lejos, cegándolos con sus tremendos focos de intensa luz.

-¡Mierda! ¡Nos han descubierto!-grita Gokuh Jr.

-¡Deprisa, escondeos detrás de una roca!-ordena, rápida, Andira.

La pirata desaparece entre las rocas, Abok a malas penas consigue ocultarse tras un pedrusco y Gokuh Jr. salta hacia un saliente pedregoso.

Las dos aeronaves se acercan y observan el lugar, lo sobrevuelan tratando de encontrar algo fuera de lo normal. Pero al parecer no se han percatado de nada, la distancia quizás, o la velocidad de nuestros amigos al esconderse, han sido un toque de tremenda fortuna que tal vez no vuelva a repetirse.

En breves segundos los dos vehículos alzan el vuelo y se dirigen hacia otra zona. Gokuh Jr. no puede mas que sentir alivio y castigarse a sí mismo diciéndose: "Mierda, debo estar mas al tanto. Debería haber sentido el ki de esos soldados".

Una vez pasado el peligro Andira sale de su escondite y reanuda la marcha:

-¡Venga! salid. Ya ha pasado el peligro.

-Si.-dice Abok revelando su situación.-Si lo han conseguido, los demás ya hace rato que deben estar dentro.

-Esto no debería haber pasado.-aparece Gokuh desde detrás de Andira.-Debí haberme dado cuenta de la presencia de esos soldados.

-Venga, chico. No te martirices,-tranquiliza Abok.-Ninguno los vimos venir. Hoy la noche es muy oscura.

-Ya, pero yo...-el muchacho trata de hacerles saber que él es capaz de captar la energia de los seres vivos.-yo debería...

-Adelante.-de nuevo Andira, adelantándose y retomando su posición.

Avanzan unos metros mas, escalando roca, con los ojos inquietos, mirando hacia todos lados; tratando de ser extremadamente cautos. Diez minutos después al fin divisan la cima. Andira es la primera en subir y alcanzarla. Es entonces cuando, al mirar hacia abajo, siente un gran vuelco en su interior. Lo que antes era una aldea bienavenida ahora se ha convertido en una espantosa y enorme base del Imperio, con edificios oscuros, soldados por todas partes y vehículos monstruosos paseando en toda su extensión. Iluminada con faros de luz, colocados estratégicamente a lo largo de las paredes de la fortaleza y de los habitáculos. No era asi como Andira recordaba la Aldea Pepper.

-Ya hemos llegado.-dice Abok incorporándose al lado de su cabecilla.

-Así que esta es la dichosa base.-se incorpora también nuestro mestizo.

-Ahora-habla Andira reponiéndose y tratando de no caer en el recuerdo.-Debemos encontrar al grupo de Pakku y seguir su trayectoria.

-¿Y cómo les encontramos?-pregunta Abok.-Desde aquí todos los soldados parecen hormigas.

-Eso no es ningún problema. Yo puedo distinguir la energía de Pakku. No es muy grande pero si me esfuerzo la captaré enseguida.

-¡¿Cómo?!-se sorprende Andira.

Gokuh se pone de cuclillas y se concentra, tratando de encontrar el ki de su amigo entre la multitud de soldados, que se mueven en todo el pabellón. Gokuh se levanta.

-Ya los tengo. Están justo ahí.-Gokuh señala las barracas de los soldados rasos, cerca de la entrada.-Se han camuflado entre los soldados.

-¿Qué? Yo no veo nada.-expone Abok.

-Si, son los que van mas retrasados en aquel grupo.-precisa Gokuh.-Los cuatro últimos, están justo debajo nuestra.

-Si que son ellos.-dice Andira.-Se nota que van descompasados en comparación a los demás.

-Vaya, que vista tenéis. Entonces han logrado entrar...por cierto,-cambia de tercio el pirata.-¿qué es eso que dijiste sobre la energía?

-Abok, no es momento para explicaciones.-expresa Andira, tratando de no desviar la atención y de centrarse en la misión.-Aún no hemos acabado. Ahora debemos seguir sus pasos y mantenernos al tanto. Si algo les ocurre tendremos que actuar de alguna forma. Además, aún corremos peligro de ser detectados.

-Si, jefa.-asiente Abok con un ligero tono de dejadez, mientras, Andira se adelanta un poco hacia el borde de la fortaleza.-Como tú digas.

-Es demasiado dura. ¿Verdad?-pregunta Gokuh.

Abok mira al pequeño algo sorprendido y sonríe mirando al suelo:

-Je, no te creas. A pesar de esa dureza la jefa es una persona de buen corazón.

-Si, yo también lo creo.

Tras estas palabras el pequeño se dirige también hacia donde se encuentra la pirata.

De regreso al interior de la base el otro grupo continúa pasando desapercibido:

-Si unos grandes brazos quieres tener.-entona el grandullón de Brute.

-Si unos grandes brazos quieres tener.-repiten todos, excepto Kostello.

-Mucho pescado debes comer.-una vez mas Brute.

-¡Qué estupidez!-exclama en voz baja Kostello.-¡Qué canción mas absurda y repetitiva!

-Chsssst. Calla o acabarán descubriéndonos.-susurra Pakku para cantar, seguidamente, al mismo son que todos los demás.

-Mucho pescado debes comer.

Al margen de todo, desde la puerta de uno de los arsenales de los brujos, Korto siente una voz en su interior:

-[[[Escúchame, Korto. Mis temores cada vez cobran mas sentido.]]]

-[[[¿Cómo? ¿Qué quiere usted decir señor Jinma?]]]

-[[[Noto cuatro presencias extrañas en el interior de la base.]]]

-[[[No puede ser. ¡Yo también las habría notado!]]]

-[[[Aún te falta pericia mágica para poder captar bien las presencias. Son cuatro pero no parecen demasiado fuertes.]]]

-[[[¿Cómo es posible? ¡Es imposible que hayan entrado! Tenemos a todos los efectivos trabajando duramente en las tareas de vigilancia.]]]

-[[[¡¿Dudas de mi poder mental?!]]]

-[[[No se trata de eso, señor. Es solo que...]]]-Korto titubea un poco y añade.-[[[Bien, dígame en que zona se encuentran esos intrusos.]]]

-[[[Capto su presencia justo en la entrada. En la zona de las barracas de los soldados rasos.]]]

-[[[Es imposible. Esa zona está altamente controlada por el comando de Brute, señor.]]]

-[[[Pues al parecer Brute es un poco inútil. ¡¡¡Ha dejado pasar a cuatro sabandijas a esta base!!!]]]-el tono del brujo se endurece considerablemente por momentos.-[[[¡¡¡Y sabes muy bien que eso es imperdonable!!!]]]

-[[[¡Está bien, señor! ¡Me encargaré de todo enseguida! Mandaré a Kenchi a supervisar la zona.]]]

-[[[De acuerdo, Korto, lo dejo todo en tus manos.]]]

-[[[¡Si, excelentísimo!]]]

Korto no puede creer que, justo hoy que la guardia ha sido reforzada al máximo, se hayan colado cuatro ratas tan fácilmente, pero aún así las palabras de su superior le hacen actuar de inmediato. Sin perder un minuto se dirige telepáticamente a su compañero. El monstruo con aspecto de ave se encuentra cerca de la puerta del gimnasio, capitaneando los grupos aéreos, dando ordenes desde el suelo y controlando las acciones de sus hombres:

-[[[Kenchi, debes dirigirte rapidamente a la zona de la entrada.]]]

-[[[¿Qué? ¿A qué te refieres, Korto?]]]

-[[[Al parecer el viejo Jinma ha detectado cuatro presencias extrañas en el interior de la base.]]]

-[[[Kukukukuuuu. Pero eso es imposible, Brute y sus hombres están controlando la entrada .]]]

-[[[De todos modos ve allí. Debemos asegurarnos. Quizá Brute no se haya dado cuenta de nada.]]]

-[[[Pero tú sabes igual que yo que es imposible que se haya colado ningún roedor en esta base. Para mí que el viejo chochea. Si fuera verdad tú ya habrías notado esas presencias.]]]

-[[[No nos pagan por hacer comentarios, Kenchi. ¡Estamos perdiendo demasiado tiempo!]]]

-[[[Si, si...vale, iré hacia allí aunque solo sea para demostrar que eso es imposible. Kukuku.]]]

Kenchi alza el vuelo, el gimnasio no se encuentra demasiado lejos de la entrada. Mientras, al son de una "estúpida canción", el peligro se cierne sobre los piratas del desierto.

CAPÍTULO 19: EL VIENTO TRAE UN CACAREO TERRORÍFICO

La canción prosigue. Pakku y los demás aún no son conscientes del peligro que les acecha. Entonces, Kostello propone:

-¿Y ahora qué? Me estoy hartando de seguir el ritmo de estos tipos. Deberíamos separarnos de ellos y avanzar hacia el hangar principal.

-Chssst, ¡cállate! Podrían descubrirnos.-avisa Pakku con un tono precario.

-Kostello tiene razón, Pakku.-respalda Zurui.-Estamos perdiendo demasiado tiempo.

-Ummm, pues mirad.-Pakku señala con la mirada hacia una torre de vigilancia, situada después de la primera ristra de barracas.-Ahí tenemos una torre de vigilancia. Uno de nosotros debe encargarse de que el vigilante no se percate de nuestros movimientos, los demás estaremos al tanto, y cuando estos soldados doblen la esquina de la última barraca y vuelvan a rodearlas, todos cruzaremos hacia aquel edificio.

El edificio al que Pakku se refiere, situado a continuación de las viviendas de los soldados, es un gran habitáculo de paredes negras y de forma rectangular, dividido en dos partes, una primera mas pequeña, a modo de sala de operaciones, desde donde los soldados reciben las ordenes del día. La otra parte del edificio, mucho mas amplia, y apegada a las barracas, es la sala de entrenamiento de la división de brujos. La parte trasera de este edificio, apegada a la fortaleza de roca, crea una especie de callejón al estar situada, paralelamente a la entrada de la sala de mandos y telecomunicaciones, incrustada en la roca.

-Muy bien,-declara el zorro.-podemos escabullirnos por ese callejón, entre el edificio y lo que parece la sala de mandos.

-¡Perfecto! Plumb, tu te encargarás de vigilar la torre-ordena Pakku.-y cuando sea el momento nos darás una señal, y entonces todos saldremos escopeteados hacia allí. Ten en cuenta que tu señal debe coincidir con el cambio de rumbo de estos soldados.

-Deacuerdo, jefe.-acepta el pequeño Plumb.

-Entonces estad preparados,-avisa de nuevo Pakku.-ya casi estamos llegando al final de las barracas.

Al mismo tiempo, desde el gimnasio, el ave de rapiña Kenchi se dirige, volando a toda velocidad, hacia las viviendas y arsenales custodiados por Brute y su grupo.

Por encima del grupo de Pakku, desde lo alto de la fortaleza de roca, Gokuh jr. y los demás observan con detenimiento el panorama:

-¡Mirad!-exclama Gokuh percatándose de la presencia de Kenchi.-Aquel tipo ha salido volando en dirección a esos edificios, donde se encuentra Pakku.

-Es verdad,-afirma Abok.-¿creéis qué los han descubierto?

-Esperaremos un poco a ver el desenlace de los acontecimientos.-ordena Andira, sabiéndose consciente de que se encuentran en una situación extremadamente precaria.

-¡Pero ese tipo tiene mucha mas fuerza de lo normal!-informa nuestro mestizo saiyan.-¡Si los hubieran descubierto, Pakku y los demás no podrían hacer nada contra él!

-Pakku no es tan tonto como para dejarse descubrir tan fácilmente.-recalca Andira.-Además, Kostello va con ellos y es todo un experto escabulléndose del peligro.

-¡Vosotros no lo entendéis!-insiste Gokuh.-Kami Sama me dijo que esta gente tiene varios métodos mágicos para captar la presencia de los seres vivos.

-¿Has dicho Kami Sama?-pregunta Abok extrañado.-Jujuju, ¿dices que Dios te ha hablado? No quisiera ofender, pero dices unas cosas muy extrañas, pequeño.

Gokuh Jr. queda callado, sabiendo que ha hablado mas de la cuenta. Andira, como siempre, termina la conversación tajantemente:

-Nada nos hace pensar que los han descubierto. Además, si saliéramos en su ayuda tan descaradamente se nos echarían encima todos los soldados de la base en cuestión de segundos. De momento confiemos en que Pakku y los suyos sabrán salir de ésta.

Gracias a las palabras de la chica, Gokuh recuerda su misión, ante todo a él no deben descubrirle, así que decide seguir las órdenes de los piratas.

-¡Ahora!-exclama Plumb, no levantando demasiado la voz.

Mientras todos los soldados doblan la esquina para comenzar, de nuevo, su vaiven zigzagueante entre los habitáculos, Pakku y los demás salen corriendo hacia el callejón, entre la sala de entrenamiento de los brujos y la sala de mandos. Una vez allí vuelven a respirar tranquilos.

-Buaaah,-sale Kostello del agobio.-ya era hora, estaba harto de escuchar a esos mierdecillas del Imperio y de sus canturreos infantiles.

-Hemos de mantener la calma.-dice Pakku, tratando de que sus compañeros se mantengan alerta.-Aquí al lado tenemos la sala de mandos.

Metida en la roca, sobresaliendo un poco de ella, una gran sala llena de gente, artefactos y paneles de control aparece a sus espaldas. Zurui echa un vistazo, a través del cristal de la única puerta que accede a su interior. Un buen número de efectivos técnicos, unos sentados frente a extensos y alargados paneles, plagados de botones, y otros, de pie, carpeta en mano, con batas azul celeste, dan vida a toda la instalación mecánica y energética de la base. Los que mas llaman la atención del zorro-humanoide son un grupo que se encarga de inspeccionar unos tubos, amarillos fluorescentes y brillantes, que aparecen desde el suelo, y parecen proceder del exterior de la sala, mas concretamente de aquellos extraños generadores con los que se toparon nada mas entrar en la base. Los tubos acaban perdiéndose dentro de un artefacto cuadrado, con varias pantallas digitales, donde se adivinan unas cifras muy raras, que parecen contabilizar y controlar la energía de toda la extensión militar.

-Vaya,-habla Zurui.-aquí tenemos el lugar donde va a parar toda la energía de la base...y no parece que utilicen energía eléctrica.

-¡Pero Zurui, ¿qué estás haciendo?!-reprimenda Pakku a su compañero.-¡Saca tu hocico de ahí! ¡Podrían descubrirte!

-¡Malditos estúpidos!-maldice Kostello.-¡Acabarán dándose cuenta de nuestra intromisión por vuestra culpa!

Zurui se aparta rápidamente de la puerta:

-Tranquilos, tranquilos, esos tipos están demasiado ocupados con sus aparatejos como para darse cuenta de nada.

-¿Te has fijado en las telecomunicaciones?-pregunta Plumb.-Podríamos descubrir si saben algo de nosotros.

-Pues no, no me ha dado tiempo...pero tienes razón. Aunque llevemos estas armaduras, exactas a las de los soldados, nuestros transmisores solo son una simple imitación, no funcionan realmente. No podemos saber si nos han descubierto de ningún modo, aunque supongo que si lo hubieran hecho ya hubieran dado la alarma y veríamos soldados moviéndose por todas partes.

-Eso es cierto, pero aún así debemos ser cautelosos al cien por cien.-indica, de nuevo, Pakku.

Kenchi llega volando frente a Brute y sus hombres, y se posa en el suelo, frente al grandullón:

-Brute, el viejo Jinma ha detectado cuatro presencias extrañas en esta posición. ¿Has visto algo fuera de lo común?

-¿Cómo? No, por aquí no ha ocurrido nada extraño.-contesta Brute.

-Hum...lo que suponía, kukuku...Ese viejo ya chochea. Bueno, de todas formas echaré un vistazo por los alrededores, solo para asegurarme.

Kenchi se dispone a alzar de nuevo el vuelo, pero, justo antes de salir volando, dos soldados llaman su atención desde el final de la cola:

-¡Oiga, señor Kenchi!-dice uno.

-¿Humm?¿Qué pasa?

-Verá,-dice el otro soldado.-hace unos minutos llegaron cuatro soldados muy extraños.

-Si,-vuelve a hablar el otro soldado.-me pareció un poco raro que llegaran tarde, pero no le dimos mucha importancia.

-¡¿Cómo?! ¡¿Qué no le disteis importancia?!-contesta Kenchi algo exasperado.

-No, señor...llevaban las armaduras del ejército, por eso, creyendo que eran de los nuestros les dijimos que siguieran nuestro ritmo, simplemente.

-Lo que nos llamó la atención fue que uno de ellos parecía llevar una mochila colgada al hombro...

-¿Y dónde están ahora esos cuatro exactamente?-pregunta Kenchi.

-Pues hace un momento estaban aquí.-contesta uno de los dos soldados.-Pero han desaparecido, por eso, en cuanto usted nombró lo de las cuatro presencias, enseguida los echamos en falta.

-Grrr...-gruñe Kenchi.-¡No me digáis que se os han colado cuatro tipos y ni siquiera os habéis dado cuenta!

-Nos acabamos de dar cuenta, señor.

-¡Sois unos desgraciados! ¡Mierda, al final va a tener razón ese vejestorio! Brute, tu deberías haber estado al tanto, en vez de andar todo el rato canturreando pamplinas.

-Pe...pero nosotros estuvimos alerta...-sostiene Brute.-¿Cómo nos íbamos a imaginar que alguien se atrevería a entrar disfrazado?

-Si, es un poco absurdo, pero..¡Mierda!...Tú quédate aquí,-encomienda a Brute.-y esta vez abre bien los ojos. Yo voy a dar una vuelta a ver si los encuentro.

-No deben andar demasiado lejos, señor.-indica uno de los soldados.-Hace unos minutos seguían aquí.

Kenchi empieza a elevarse en el aire, justo a treinta metros del suelo. Desde esa posición agudiza su vista todo lo que puede, y mirando detrás de la sala de entrenamiento de los brujos, rápidamente encuentra su presa. Entonces dice:

-Kuku, es verdad, no andan muy lejos.

Seguidamente, sale disparado hacia allí, cortando el aire a toda velocidad.

Pakku y los demás siguen sin ser conscientes de que han sido detectados, y prosiguen con su misión:

-¿Ahora qué hacemos?-pregunta Plumb.

Sin tiempo para ser contestada, la pregunta del pequeño pirata se disuelve con una fuerte brisa de aire venida desde sus espaldas. Pensando que se trata simplemente de una ráfaga de viento, nuestros amigos no se sorprenden hasta que oyen la voz cacareante de Kenchi tras ellos:

-Vaya, vaya, vaya...aquí tenemos a las ratas que se han colado en la base. Kukuku, no parecéis gran cosa. Así que este era el "gran presentimiento" del viejo. Kukuuuu. No merece la pena ni dar la alarma.

-¡¡¡¡¡¡¡UAAAAAAAAH!!!!!!!

Plumb y Kostello gritan. Pakku y Zurui, aunque sorprendidos, mantienen la calma.

-¡Ese es Kenchi, uno de los miembros del comando de defensa de Pepper!-grita Zurui.

-¡¿Cómo nos han descubierto?!-exclama Pakku.

-¡No lo sé, pero yo me voy de aquí echando leches!-dice Kostello mientras sale escopeteado en dirección a las barracas de los soldados.

-¡Tonto, en esa dirección están los otros soldados!-grita Pakku.

-¡Ahí os quedáis!-responde Kostello.

-¡Maldito cobarde! ¡Rápido,-reacciona Pakku.-corramos!

Los tres piratas salen corriendo, en dirección a un estrecho callejón, entre la sala de entrenamiento de los brujos y el edificio contiguo; la sala de tiro.

-Kukuku. Estos bastardos son patéticos, creía que opondrían resistencia y en vez de eso echan a correr.-dice Kenchi.-Primero me merendaré a esos tres y después me entretendré con el otro.

Desde las alturas, el grupo de Andira sigue espectante los acontecimientos de la base:

-¡Mierda, lo sabía!-exclama Gokuh Jr.-¡Los han encontrado!

-No es posible. ¿Cómo lo habrán hecho?-se pregunta Abok.

-¡Os lo dije,-les recuerda Gokuh.-esos tipos saben captar la presencia de las personas! ¡Debemos ir en su ayuda!

Andira observa con detenimiento la situación y dice:

-No, esperad. No deben saber que nosotros estamos aquí. Podemos aprovechar la situación.

-¡¿Qué dices?!-exclama Gokuh, mientras Abok también mira a su capataz extrañado.

-Esperaremos un poco y confiaremos en que no los atrapen. Con un poco de suerte llamarán la atención de toda la base y, confiando en que sean lo suficientemente astutos, lograrán escapar. Ese será el momento en que deberemos entrar en acción y robar los planos.

-¡Oh, si, muy bien...que buena idea, Andira!-habla Abok, maravillado por la capacidad analítica y de reacción de su jefa.

-¡Tú estás loca! ¡Ese tipo es mucho mas fuerte y veloz que Pakku y los demás!-informa Gokuh.-¡Los atrapará enseguida y los matará!

Andira mira a Gokuh y observa en él una preocupación desmesurada. A pesar de que Pakku sea su amigo, no entiende de donde viene tanta preocupación hacia la misma gente que lo apresó. Entonces vuelve a hablar:

-Está bien. Bajaremos en cuanto podamos. Tú-dice mirando al pequeño saiyan.-y yo iremos a ayudarles. Seremos nosotros los que entretendremos a los soldados. Abok,-dirige su mirada a su compañero.-en cuanto lleguemos al suelo tú irás a buscar a Kostello y os dirigiréis al hangar. Esa será nuestra única oportunidad para conseguir los planos.

-Pe...pero...-balbucea Abok.

-No te preocupes,-le dice Andira.-no tardaremos demasiado en rescatarles. Nos reuniremos enseguida con vosotros.

-Está bien, jefa.

-Bueno,-Andira se dirige de nuevo al joven Gokuh.-ha llegado el momento de que me demuestres hasta que punto me sería difícil vencerte.

Gokuh Jr. capta enseguida la indirecta.

Korto, que anda mas alerta desde que el viejo le llamó la atención, acaba de captar dos presencias en lo alto de la fortaleza de piedra. Justo en ese momento el anciano Jinma vuelve a comunicarse con él mentalmente:

-[[[Korto, al parecer Kenchi ya ha dado con el paradero de los intrusos.]]]

-[[[Si, mi señor...pero no es solo eso.]]]

-[[[¿Qué quieres decir?]]]

-[[[Acabo de notar otras dos presencias en lo alto de la fortaleza, en la misma situación donde percibimos las cuatro anteriores.]]]

-[[[Muy bien, no esperaba menos de tí, Korto, veo que has estado al tanto. Ya me parecía extraño que tan solo cuatro individuos se hubieran atrevido a insultar nuestra base.]]]

-[[[Me ocuparé de todo rápidamente, señor Jinma. Yo y Brute nos encargaremos de esos dos.]]]

-[[[Me parece bien. No hace falta remover a los soldados para capturar a unos cuantos ineptos. Aún así daré la orden a la división aérea para que inspeccionen los alrededores de Pepper, por si hubieran mas grupos intentando acercarse a la base.]]]

Korto, súbitamente, desaparece frente a los arsenales de los brujos.

Pakku, Zurui y Plumb siguen corriendo en el interior del estrecho pasillo que se abre entre los dos edificios. Kenchi, volando a la altura de los dos tejados, les sigue muy de cerca:

-¡Madre mía, ese aguilucho es mucho mas rápido que nosotros!-dice Pakku.

-¡Si, hasta parece que nos de ventaja!-resalta Plumb.

-¡Pues claro que es mas rápido,-grita Zurui.-él vuela y nosotros no!

-¡No se me ocurre como podemos salir de ésta!-informa Pakku.

-¡Jefe,-dice Zurui aminorando su velocidad.-tu guarda las energías y sigue corriendo!

-¡¿Qué vas a hacer?!-pregunta Pakku.-¡No seas loco!

Zurui escarba en su zurrón y saca una esfera del tamaño de una Dragon Ball, de color rojo chillón, con tres pequeñas iniciales a un lado; MGC. El zorro para en seco y dice:

-Bien, ha llegado el momento de utilizar estas piedras, *Kary, de ver cuan poderosos son estos hechizos.

A pesar de que no se encuentra lo suficientemente cerca, su aguda visión le permite a Kenchi adivinar el objeto que su presa acaba de sustraer. Pero aún así, Kenchi no acaba de creer lo que ven sus ojos:

-¿Qué es eso? ¡No puede ser que sea...!

Sin darse cuenta, Kenchi se ha acercado demasiado a su presa. Se encuentra a nueve metros de Zurui, lo suficiente para que nuestro zorro considere que ha llegado el momento de utilizar su piedra:

-Bien, solo tengo que concentrarme en esta piedra y...

Sin tiempo para mas, Zurui lanza fuertemente la esfera hacia Kenchi. En el aire, la esfera se convierte en una gran bola de fuego, a punto de chocar contra el rostro del esbirro del Imperio. Kenchi, en el último segundo, consigue esquivar, a malas penas, el temible hechizo de fuego que atentaba contra su saludable forma física, obligándole a cesar, momentáneamente, su persecución. La piedra incandescente choca contra la pared de la sala de tiro, creando un manto de llamas en toda la extensión que toca. Al perder velocidad y caer al suelo, la esférica piedra pierde su fulgor y el color la abandona para pasar a ser transparente.

Sin perder un segundo, Zurui pulsa una zona de su armadura, en el centro del pecho. De pronto, BOOOM, una explosión, acompañada de humo, precede a la aparición de la MG Transformable (MGT), que originalmente era esa armadura. El zorro vuelve a coger la MGT y la lanza contra el suelo, haciendo que gire y provoque una considerable humareda. Entonces Zurui salta en el aire, BOOOMB, y se convierte en una moto aérea, dirigiéndose a toda prisa hacia sus dos compañeros.

Al mismo tiempo Kenchi se repone del susto, mira atrás y divisa el objeto que le ha sido lanzado. Entonces se da cuenta de que no puede ser otra cosa mas que:

-¡¡Una **Magic Gu Cargable!!-exclama totalmente sorprendido.-¡No puede ser! ¡Pero si solo hace un par de meses que esas piedras se pusieron en funcionamiento! ¡Además, solo se les está permitido el uso a los miembros del Imperio!

Kenchi no se explica como un objeto tan peligroso y altamente betado a los civiles, ha caído en manos de uno de los intrusos. Cavilando, Kenchi saca sus conclusiones:

-¿Será que alguien de Magic Gu nos ha traicionado? No puede ser, no les conviene en absoluto. ¡Quizás se haya filtrado algún ejemplar en el mercado! ¡Si, debe ser eso! ¡Si se tratara de la misma empresa Magic Gu, no se habrían molestado en proveernos de sus últimos avances en armas mágicas! Aún así ese hechizo ha durado demasiado como para haber sido cargado por un principiante...-Kenchi vuelve en sí.-Kukuku...malditos desgraciados escurridizos, realmente me habéis impresionado.

Cuando se quiere dar cuenta, sus perseguidos ya no están dentro del callejón.

-Brute,-Korto aparece de la nada frente al monstruoso gigantón.-manda a tus hombres a ayudar a Kenchi. Tú y yo nos quedaremos aquí.

-¡Ah, Korto! ¿Qué ha pasado? ¿Ha encontrado Kenchi a los intrusos?

-Si, y parece que hay mas ahí arriba.-Korto señala a lo mas alto de la pared de roca.

-Vaya, no es justo, siempre soy el último en enterarme de todo.

-Si prestaras mas atención tú también podrías aprender a captar la presencia de los demás.

-Juju, ya sabes que soy muy torpe para eso.

-Bien, pues haz lo que te he dicho.

-Si, de acuerdo. Vosotros,-dice Brute dirigiéndose a la treintena de hombres, situados a sus espaldas.-id a ayudar a Kenchi. Ya habéis visto a donde se dirigía.

-¡Si, señor!-dicen sus hombres.

-Parece que ha habido algún altercado en la zona de la sala de tiro.-informa Brute.-Se ha visto un fogonazo proveniente de allí.

Todos los soldados toman rumbo desde las barracas hacia la zona de la sala de operaciones. Korto no aparta la mirada del cielo, como esperando que algo baje hacia ellos. Entonces dice:

-Brute, coge tu mejor arma y estate dispuesto. Tan solo percibo dos presencias, no demasiado poderosas, pero nunca se sabe.

-Si, dejé mi guadaña favorita en uno de estos arsenales, por si acaso. Voy a por ella.

Desde el otro lado de la sala de tiro Pakku, Zurui y Plumb se asoman hacia el callejón que acaban de abandonar, sin darse cuenta de que el enemigo les vigila desde las alturas:

-¿Dónde está?-pregunta Plumb.

-No lo sé.-responde Pakku.

Donde había estado Kenchi solo queda una humareda.

-¡No seáis tontos!-exclama Zurui, recién devuelto a su forma normal.-¡Ese tipo es Kenchi, el encargado de las fuerzas aéreas de la base, ¿dónde creéis que puede estar?!

La pregunta con retuntún de Zurui hace que sus compañeros echen la vista al cielo, pero la oscuridad del firmamento no les deja adivinar ninguna forma mas allá de una cierta distancia.

-Mierda, si está en el cielo no podemos ver nada.-dice Plumb.

-¡Buena observación, pequeño, pero nuestra vida corre peligro! ¡Debemos salir de aquí o acabaremos fritos!

Desde las alturas, y oculto en la oscuridad, Kenchi se dispone a proceder con su siguiente ataque:

-Kukuuu. Bien, es momento de tomarse las cosas un poco mas en serio. Esos mamíferos desvalidos han resultado ser mas astutos de lo que pensaba, así que aprovecharé para probar mi nueva arma.

Kenchi posa su mano derecha sobre un aparato alojado en su antebrazo izquierdo, un arma en forma de pequeño cañón. En su extensión, por la parte de abajo, tiene tres botones.

-A ver, espero que funcione tan bien como en las pruebas de esta tarde. Probaré la ráfaga persecutoria. Se presionaba el botón-pulsa el mas cercano al brazo.- y despúes mentalmente el arma reacciona a mis impulsos.

Tras esto Kenchi se sitúa justo detrás de ellos, a unos siete metros de distancia y flotando a varios metros del suelo. Mientras, nuestros amigos piensan en como escapar:

-¿Qué hacemos, salimos corriendo hacia la entrada?-pregunta Plumb.-Nos han descubierto, ya no tiene sentido que sigamos con la misión.

-¿Y cómo vamos a salir? No creo que nos abran las puertas, lo mejor es salir volando hacia un costado.-dice Zurui.

-Pero nosotros no podemos volar.-aclara Plumb.

-Yo puedo convertirme en un sky-car o en cualquier otro vehículo volador, el problema es que, aunque me transforme, mi fuerza sigue siendo la misma. No podría llevaros a los dos a la vez.

-¿Dónde se habrán metido Gokuh y Andira?-pregunta Pakku para sí.

De pronto una fuerte brisa de viento vuelve a acariciar sus espaldas, trayendo consigo un cacareo familiar, que se les hace el sonido mas terrorífico que han escuchado en sus cortas vidas:

-KUKUKUUU.

Los piratas, sin poder evitar un fuerte sentimiento de terror, estremecidos, giran su cabeza, solo para toparse de bruces con el pánico que supone que un soldado del Imperio te apunte con un arma. No hay tiempo para mas discusiones. En esos momentos sus piernas comenzaron a correr hacia ningún lugar, poseídas por uno de los mas básicos instintos que todo ser viviente posee. Sin pensar en nada, simplemente intentando salvar sus vidas.

El mini-cañón de Kenchi muestra dos nuevos orificios a los lados y, al grito de "¡Es inútil que huyáis! ¡Tomad esto!", empiezan a lanzar innumerables hebras de energía, que comienzan a perseguir a nuestros tres piratas. "¡¡¡Corred con todas vuestras fuerzas!!!" grita Pakku, un grito que llega un tanto tarde para uno de sus dos compañeros. Uno de los finísimos hilos de energía atraviesa el corazón de Plumb, seguido de otros tantos que atraviesan sus piernas, su estómago y uno de sus brazos. Pakku y Zurui miran atrás sin dejar de correr, solo para ver como el cuerpo sin vida de su pequeño amigo se desploma en el suelo:

-¡¡¡¡¡PEQUEÑAJOOOOOO!!!!!-grita el zorro haciendo un amago de volver atrás.

-¡¡No!!-grita Pakku.-¡¡Ya no podemos hacer nada!!

-¡Toma, uno menos! Kukukukuuu...mira como corren. ¡No sabía que esto podía ser tan divertido! Estos de Capsule Corporation fabrican unos juguetitos muy interesantes.

La ráfaga de rayitos de energía sigue persiguiéndoles, tan solo pararán cuando alcancen su objetivo y, mientras tanto, Gokuh jr., Andira y Abok se disponen a bajar a la base, sin saber que allí tendrán que verse las caras con la fuerza descomunal de Brute y con el misterioso y despiadado Korto.



GLOSARIO DE TÉRMINOS:

*Kary:
Éste es un personaje de la historia "Escuela de transformaciones (EDT)", creada por Ismael Esquinza, en el grupo DRAGON BALL 2nd EPOQUE en Hi5. Esta historia es una especie de precuela de DRAGON BALL 2nd EPOQUE, ya que entra dentro de su universo y está situada cronológicamente antes de los hechos de nuestra 2nd EPOQUE. Aunque los hechos que la relacionan con la escena aquí descrita aún no han aparecido en dicha historia (EDT), lo harán en el futuro, para ello se debe seguir y leer "Escuela de transformaciones" (by Ismael).

**Magic Gu Cargables (MGC) (también llamadas MG Transparentes):
Estas Magic Gu tienen la capacidad de absorber un conjuro para ser utilizado mas tarde, incluso un brujo experimentado podría cargar un buen puñado de piedras para que las utilicen los soldados menos experimentados. O simplemente podrían ser utilizadas por un brujo para poder lanzar varios conjuros simultáneos y no perder tiempo. Estas Magic Gu son transparentes, osea, como si estuvieran vacías, y cambian de color dependiendo del hechizo que se cargue.

Cuando se utiliza una Magic Gu Cargable que contiene un hechizo lo que se debe hacer es concentrarse en la piedra (para activar el conjuro) y lanzarla al enemigo. La Magic Gu se convertiría en el hechizo cargado y volvería a ser una piedra transparente segundos después, cuando pierda el efecto del conjuro. Aunque si el individuo que la intenta cargar no tiene ningún poder mágico, no le valdrían de nada, a no ser que ya estén cargadas con algún hechizo de algún ser con capacidad mágica, entonces podría lanzarlas si, como mínimo, consigue concentrarse lo suficiente para activar el hechizo.

Las Magic Gu Cargables son peligrosas en la medida de la potencia del conjuro cargado, por eso si el que carga el hechizo es un brujo poderoso, y se emplea a fondo en cargar la Magic Gu, estas piedras pueden ser de las mas peligrosas. También una misma MG Cargable podría ser recargada cuantas veces se quiera, siempre y cuando se consiga recuperarla después de ser utilizada.
Estas Magic Gu son una variedad de las llamadas MG Especiales, y son de las mas difíciles de fabricar y, por tanto, de las mas difíciles de conseguir. Fueron creadas como armas a petición del Imperio (aunque no sabemos si ya existía algún prototipo antes) y tan solo el Imperio puede disponer de ellas con total libertad, mientras que un civil solo podría conseguirlas, muy, muy, muy raramente, en el mercado negro.

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